sábado, 20 de enero de 2018

¿Todos seremos mariposas?

Una vez estuve el museo Pasquini López, en Alto La Viña –ese lugar recuperado de las sombras–, con el gran Gustavo Roldán. Fue en el marco del Plan Nacional de Lectura. Y nos dimos a charlar, un poco de la militancia, pero, por supuesto, sobre todo de literatura. Le pregunté por qué había elegido los sapos y los piojos, o los quirquinchos, cuando la literatura infantil estaba atestada de animales grandes y fantásticos: leones, águilas o elefantes… “Porque los piojos y las pulgas son nacional y popular”, me dijo. “Son como nosotros, de los pueblitos del interior argentino.”
“Los sapos vienen de abajo –me dijo–, del barro, como nosotros… Basta ya de animales aristocráticos… Y son mágicos. Antes se pensaba que llovían sapos, porque aparecen cuando llueve. Pero no, están debajo de la tierra, en el barro, esperando el momento preciso…”
También hablamos del exilio, de la militancia en la literatura infantil. Y me quedó algo muy grabado. Gustavo sostuvo que existe en la Patagonia una especie de mariposas que tienen un mandato biológico en su ADN… “Tienen la orden de llegar a Europa. Y van. Van muriendo, incluso, en el camino, o mejor dicho en el vuelo, en la ruta, pero saben que tienen que llegar, ellas o las próximas generaciones… En ese viaje se van mezclando con otros bichos, y nacen nuevos bichos, con nuevos nombres, con nuevas características. Pero todos, en el fondo, son mariposas. Y tienen el proyecto de llegar, atravesando mares y tempestades, guerras y fatalidades…”
Dijo que, finalmente, y quizá sin darse cuenta, todas llegaban, incluso las que habían muerto… Todos vamos a llegar, querido Gustavo, todos, incluso nuestros muertos… ¿Todos seremos mariposas?
A.C.


1 comentario:

  1. Qué hermoso texto. Acabo de descubrir tu blog, es un placer leerte.

    Saludos

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